Los resultados sugieren que el exceso de grasa corporal aceleraría el envejecimiento, lo que aumentaría el riesgo de desarrollar enfermedades mentales relacionadas con la edad, como el Alzheimer, sostuvo el equipo dirigido por el doctor Stefan Gazdzinski, de San Francisco VA Medical Center.
Los autores del nuevo estudio analizaron las imágenes cerebrales de 50 hombres y mujeres de mediana edad y saludables obtenidas con resonancia magnética para medir los niveles de distintas sustancias químicas de la materia blanca y gris.
La materia gris está formada por los cuerpos de las células nerviosas, mientras que la materia blanca incluye las conexiones entre esas células.
Cinco participantes eran obesos, 15 tenían sobrepeso y los 30 restantes tenían un peso normal.
Cuanto mayor era el índice de masa corporal (IMC) de un participante, menor era la concentración de N-acetil-aspartato (NAA), un compuesto químico cerebral que dirige varias funciones y actúa como indicador de salud cerebral general, en la materia blanca de las regiones frontal, temporal y parietal.
Las personas más pesadas tenían también menos NAA en la material gris frontal, como así también niveles más bajos de metabolitos de colina, que son sustancias claves para la formación de las membranas celulares, en la materia blanca frontal.
La relación más sólida entre el IMC y la química cerebral se observó en la materia blanca de la región frontal que, según los autores, sería especialmente vulnerable al deterioro relacionado con el envejecimiento.
Para el equipo, es posible que tener kilos de más acelere el envejecimiento cerebral o que tener sobrepeso o ser obeso en la niñez afecte el desarrollo cerebral.
Los datos no les permitieron a los autores determinar si las anormalidades cerebrales estarían relacionadas sólo con la grasa corporal o si sugieren la existencia de problemas de salud, nutrición o sedentarismo.
Pero si otros estudios sobre estos factores confirman estos hallazgos, el equipo opina que los resultados darían indicios importantes sobre los cambios cerebrales previos a la demencia.
FUENTE: Annals of Neurology, publicado online 11 de abril del 2008
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